Las polillas son algo más que un invitado molesto; puede tener consecuencias devastadoras en los tejidos o la despensa de alimentos, ya que su voracidad llega hasta el punto de atravesar materiales sintéticos para llegar a su objetivo. Las larvas son el verdadero peligro, ya que destruyen el lugar en el que han anidado tras la puesta de huevos del ejemplar adulto. Ya sean de la variedad que devora la ropa o de la que asalta la despensa, conviene conocer una serie de pautas para librarse de su presencia.
Consejos para combatir las polillas en casa
La Fundación Rey Ardid enumera una serie de consejos en esta batalla contra las polillas en casa:
– Deshacerse de posibles materiales infestados. Si están en el armario de la ropa hay que lavar esa ropa con agua caliente y secar a temperatura media o alta, dependiendo de las prendas. También hay que eliminar todo rastro de suciedad y residuos, aspirar en la cocina y el ropero y deshacerse del contenido de la aspiradora rápidamente, por si contiene huevos de polillas.
– Mejor empaquetar ropa que usar naftalina. Los químicos de las típicas bolas son potencialmente peligrosos para la salud. Por eso es mejor guardar la ropa de temporada en bolsas herméticas o cajas al terminar su tiempo de uso, y mantener los recipientes en lugares visibles, con temperatura controlada. En cuanto a la comida, mejor usar frascos de vidrio o, si no es posible, plástico rígido. Así también se previene el moho.
– Extremar la higiene preventiva. El polvo acumulado, las fibras y las migas atraen a las polillas. Si la vivienda es grande, llamar a profesionales del ramo para exterminar la plaga y prevenir la eclosión futura de huevos es una buena idea.
Remedios de toda la vida contra las polillas
Otras medidas eficaces contra la polilla consisten en vigilar las grietas de las paredes y sellarlas para no proveer de refufio a los insectos, tener puntos de iluminación disponibles en cada habitación para ahuyentar a las polillas y revisar bien el equipaje a la vuelta de unas vacaciones, para no dejar ahí tentaciones potenciales para los insectos.
Hay remedios caseros para la ropa que incluyen el rociado con alcanfor blanco y alcohol vegetal antes de guardar las prendas de temporada, fabricar saquitos de lavanda o bolsitas con cáscaras de naranja y clavos de olor y en el caso de las polillas de la madera, que también las hay, frotar los muebles con aceite de laurel.