Río Blanco, Ver. – La medicina tradicional no debe perderse como otro método de curación ante enfermedades y malestares, la riqueza de herbolaria que hay en la región tiene que conservarse, así lo comenta Josefina Montalvo Hernández, médica tradicional originaria de Tlaquilpa.
Afirma que aunque existen plantas comunes de la medicina tradicional, que se dan en los municipios aledaños a la ciudad de Orizaba, comenta que otras más provienen de estados fuera de Veracruz como Michoacán, Oaxaca, e incluso de Estados Unidos.
“Se ocupa no solo las plantas sino los animales para la medicina tradicional y un ejemplo es la víbora de cascabel que deseemos conseguirla cercana a la frontera porque la tierra es más seca, sale caro traer el producto y las plantas, pero duran tiempo si lo sabemos administrar”, señala.
Comenta que los tiempos de nuestros abuelos y los papás de ellos, las plantas medicinales eran parte de los remedios caseros, “vamos a volver al tiempo donde ocupamos la medicina tradicional, no nacimos con dolor de riñón, estrés, manchas en la cara, eso lo vamos adquiriendo con los años por el mal hábito alimenticio que tenemos”.
¿Cuáles son las plantas que más se buscaron durante la pandemia por Covid-19?
Con el Covid-19, las personas recurrían a las hierbas que sirven para hacer té, pues recién empezó la pandemia, no se tenía aún la vacuna o medicamentos que lo controlarán, la gente optaba por tomar té de limón con jengibre, siendo este el más vendido.
Hoja de limón, hierba santa y jengibre, fue lo más buscado por las personas que acudían a la medicina tradicional para buscar una forma de sanarse e incluso de prevenirse del Covid-19.
Recalca que sus abuelos eran médicos tradicionales de Tlaquilpa donde aprendió todo lo que sabe a sus más de 60 años de vida y esto lo ha puesto en práctica en la gente que ha ayudado con sus bolsas de té y productos naturales que vende como jarabes o pomadas, también ocupan la mariguana como medicina alternativa.
Igual que ella, su suegra fue yerbera, lo que reforzó su aprendizaje y adquirió más conocimiento.
Con más de 20 años como yerbera y curandera, lamenta que se esté dejando de lado esta alternativa, pues muchas personas mayores de edad, como ella, siguen teniendo empleo de esta forma; sin embargo, para todo hay clientes, pues están los que confían y los que temen.
En mente tiene proyectos que busca aterrizar con ayuda de las personas que como ella se de dedican a la medicina tradicional y que por lo menos esta costumbre no se pierda en los municipios aledaños a las grandes ciudades.