Si hay una planta típica y muy querida por los amantes de la jardinería, esa es, sin duda, el rosal. Esta bonita planta aromática no solo desprende una fragancia natural súper apetecible en tu patio o jardín, sino que llena de alegría tu zona exterior gracias a los tonos intensos de sus coloridas flores. Basta con leer bien la etiqueta del nombre de la variedad y ver cómo plantar rosas en una maceta para poder disfrutar de esta bella flor.
No obstante, hay quienes no disponen de patio o terraza y optan por los rosales mini, una variedad más pequeña del rosal que puede considerarse como planta de interior. Esta variedad es una de las más queridas para principiantes en jardinería, pues los cuidados del rosal mini son sencillos pero necesitan constancia.
Hoy veremos con detalle cómo se cuida un rosal para aquellos que tengáis oportunidad de disfrutar de este bonito arbusto espinoso de la familia de las rosáceas, en el jardín o en la terraza, sin el riesgo de que se seque por el sol. ¡Toma nota!
Cómo se cuida un rosal
A la hora de ponerte manos a la obra con los cuidados básicos que necesita un rosal, existen algunos aspectos que debes tener en cuenta y que tienen que ver con:
- Proporcionarle un sustrato rico en nutrientes. Como ocurre con la mayoría de plantas de exterior, a la hora de cuidar el rosal debemos tener en cuenta que esta planta necesita una gran variedad de nutrientes y podemos proporcionárselos con un sustrato rico en materia orgánica y ligero para ofrecer un buen drenaje.
- Prestar atención a la frecuencia de riego del rosal. Este paso dependerá de si tienes tu rosal en maceta o en exterior. Si en tu caso tienes el rosal en una maceta, deberás regarlo cada día en verano y cada tres días en los meses fríos. Si de lo contrario, tu rosal está en exterior, tendrá acceso a más humedad en la tierra y, por tanto, aguantará más tiempo sin agua.
- Eliminar las rosas marchitas siempre que sea necesario. Te recomendamos llevar un control de tu rosal e ir retirando aquellas rosas que se van secando. De esta forma, dejarás espacio a nuevas rosas y crecerán más fuertes.
- Llevar una correcta poda de nuestro rosal. ¿Esto qué significa? Deberemos podar el rosal en pleno invierno, cuando la planta no se encuentre en su etapa de floración, siendo el mes de febrero o marzo la fecha límite para hacerla. Te recomendamos utilizar unas tijeras bien afiladas para realizar cortes de forma sesgada hacia adentro y evitando cortar sobre los nudos para contribuir en su desarrollo.
- Prestar atención las plagas que puedan aparecer. Existen algunas plagas como el pulgón y los escarabajos que pueden dañar a nuestro rosal. Intenta prevenir posibles daños con remedios naturales o productos específicos contra plagas.
Cuántas horas de sol necesita un rosal
Si hay algo que tiende a preocuparnos a la hora de cuidar nuestras plantas de exterior con flor para contribuir a su buen desarrollo es saber la cantidad de horas a las que pueden estar expuestas al sol. En el caso de los rosales, necesitan de una exposición soleada con un mínimo de 4 horas de sol, aunque todo dependerá de la variedad de este arbusto. Las gallicas, damascenas y albas SÍ que permiten algo de sombra para su buen desarrollo.
Cuál es el mejor lugar para plantar un rosal
Como veníamos comentando, existen distintas variedades de este arbusto de la familia de las rosáceas y, por tanto, sus cuidados pueden cambiar en función de si se consideran plantas de interior o de exterior.
En el caso de un rosal de exterior, de tamaño estándar, lo primero que debes hacer a la hora de plantarlo es encontrar un lugar soleado que contribuya a la buena floración de la planta. Te recomendamos situar a tu rosal en un sitio alejado y espacioso para que pueda crecer libremente tanto a lo alto como a lo ancho, sin que otra planta se lo impida.
Cómo saber si mi rosal está enfermo
Existen formas fáciles y sencillas de detectar si nuestro rosal sufre algún problema, ha sido invadido por alguna plaga u hongo, entre otros. ¡Vamos a ver los más frecuentes para detectarlos a tiempo!
- Oidio. Se trata de un hongo que ataca sobre todo en primavera y otoño a los rosales que se encuentran en terrenos secos. Su apariencia es un fino polvo blanco que surge en las hojas y flores. Si tu rosal se ve dañado por este hongo, te recomendamos podar todas las partes afectadas y así evitar que se extienda.
- Míldiu. Este hongo se reconoce por la aparición de manchas púrpuras y blanquecinas que se oscurecen hasta que cae la hoja. Suelen salir en condiciones de humedad, poco viento y temperaturas medias.
- Roya. Si tu rosal empieza a presentar manchas amarillentas en el haz y abultamientos con esporas en la hoja, puede que la roya haya invadido tu planta. Este hongo puede provocar la caída de hojas afectadas y un debilitamiento general del rosal.
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