El estrés es una reacción natural del cuerpo ante una situación que se percibe como amenazante o desafiante. Aunque a menudo se asocia el estrés con efectos negativos, en realidad puede ser una herramienta valiosa para un deportista si se gestiona adecuadamente.
“El estrés no es necesariamente algo malo“, explicaba el Dr. Andy Kirkland hace unos días en una reflexión en sus redes sociales. “Puede ser adaptativo, neutral o adaptativo. Tratar de hacer que los ambientes estén libres de estrés, no permitir que las personas fallen o pretender que ‘simplemente’ pasar es aceptable crea problemas tarde o temprano”.
En este contexto de saber que las situaciones complicadas se van a dar antes o después, la gran realidad de los que practicamos deportes de resistencia es que lidiar con trabajo, familia y entrenamientos requiere un grado de anticipación importante. Pese a ello, el estrés en el deporte -o en otros campos- va a llegar tarde o temprano.
Ofuscarnos, o poder aprovechar las virtudes que se puedan derivar de esta situación, depende de nosotros.
El estrés en el deporte: una fuente de motivación
En primer lugar, el estrés puede actuar como un motivador para el deportista. Cuando se siente estresado, el cuerpo libera adrenalina, una hormona que aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que a su vez puede mejorar el rendimiento físico.
Esto puede ser particularmente útil en situaciones de competición, cuando el deportista necesita un impulso extra para rendir al máximo.
¿Qué hace exactamente la adrenalina?
La adrenalina es una hormona y un neurotransmisor producido por las glándulas suprarrenales. Su principal función es preparar al cuerpo para enfrentar situaciones de emergencia, aumentando la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el flujo de sangre hacia los músculos. También puede aumentar la velocidad a la que se metabolizan los nutrientes y reducir la sensación de dolor.
Esta respuesta de “lucha o huida” es conocida como respuesta de estrés, y se activa cuando el cuerpo percibe una amenaza o un desafío. La liberación de adrenalina puede ayudar al cuerpo a aumentar su rendimiento físico y mental en situaciones de emergencia, como una competición deportiva o una situación peligrosa.
Sin embargo, también es importante tener en cuenta que el exceso de estrés y la liberación excesiva de adrenalina pueden tener efectos negativos en la salud. Puede causar taquicardia, dificultad para respirar, dolores de cabeza y otros síntomas. Por lo tanto, es importante gestionar el nivel de estrés y evitar situaciones que puedan causar una liberación excesiva de adrenalina.
Más concentrado
En segundo lugar, el estrés también puede ayudar en el deporte, aumentando el foco y la concentración. Cuando se siente estresado, el cuerpo libera cortisol, una hormona que ayuda a regular el estado de alerta del cerebro. Esto puede ayudar al deportista a estar más atento y a prestar más atención a lo que está sucediendo en el campo de juego o en la pista de entrenamiento.
Pros y contras del cortisol
Además de esta capacidad de “despertarnos y mantenernos activos”, el cortisol tiene más ventajas. Producido también por las glándulas suprarrenales, puede ayudar a aumentar el metabolismo de los nutrientes para proporcionar energía extra y reducir la inflamación.
Sin embargo, el exceso de cortisol a largo plazo puede tener efectos negativos en la salud. Puede debilitar el sistema inmunológico, aumentar el riesgo de enfermedades del corazón y contribuir a la ganancia de peso, entre otros efectos. Por lo tanto, es importante gestionar el estrés de manera adecuada para evitar una liberación excesiva de cortisol.
Más afán de superación
Por último, el estrés también puede en el deporte a superar obstáculos y a superarse a sí mismo. Cuando se enfrenta a un desafío que parece imposible de superar, el estrés puede actuar como un catalizador que impulsa al deportista a esforzarse más y a buscar soluciones creativas para superar el obstáculo.