Torreón, Coahuila /
La realidad es que el regreso a clases puede ser retador para algunos alumnos, especialmente para aquellos que se encuentran cambiando de etapa escolar, pues tendrán que adaptarse a nuevas materias, maestros, otros métodos de evaluación, incluso compañeros con los cuales convivir. Por ello, es importante conocer formas para la relajación ante problemas como el estrés.
Karla Mariela Garza Ibarra, psicopedagoga infantil, indica que este problema es la reacción a acciones dentro del aula que pueda generar una alta demanda de exigencia que afectan el rendimiento de las personas, siendo más evidente en los niños, pues se refleja en la conducta, relaciones interpersonales, la socialización, entre otros aspectos.
El someter a adolescentes a estrés constante puede traer como consecuencia desencadenar trastornos emocionales como la ansiedad, depresión, psicosis, entre otros.
Señala que, actualmente estos problemas ya no son propios de adolescentes, pues en pequeños son visibles. “Ya vemos los problemas de estrés escolar en etapas de kínder, porque en la actualidad se están exigiendo que desarrollen habilidades que no corresponden a su desarrollo”, declara Garza Ibarra.
Uno de los factores importantes para el desarrollo de esta problemática es el entorno, ya que estos menores no cuentan con las herramientas correctas para enfrentar y afrontar diversos retos escolares, pues en casa no aprenden maneras para controlar y gestionar emociones.
Otro problema es la elección de una institución educativa adecuada para ellos. “Una escuela que sea óptima para las aptitudes de los niños es esencial para que tu hijo pueda estar en un ambiente correspondiente a sus habilidades académicas y sociales”, señala.
Ayuda a tu hijo
Recomienda Karla Mariela que los padres y docentes sean observadores ante los síntomas físicos y emocionales que se presentan. Algunos de estos son: dolor de cabeza, estreñimiento, no comer bien, palpitaciones rápidas, incluso salpullidos y alergias, al igual que dificultad en adaptarse o que se vuelva más aprehensivo con las personas o cosas. Por el lado emocional, indica que se encuentra la irritabilidad, angustia, tristeza, falta de autorregulación y la aparición de miedos.
“Es de suma importancia que los padres hagan una rutina de las tareas que deben efectuar, tanto escolar como del hogar, de lunes a domingo”. Una manera sencilla de enseñar a los pequeños es con un tablero semanal con imágenes de las actividades correspondientes a cada día a manera de secuencia, para que sepan lo que van a hacer en su rutina y anticipar retos que pueden desencadenar estrés.
Recomienda darle al menor un ambiente de comunicación abierta, “de ese modo aprende a expresarse, soltar y desahogar todo lo que hayan sentido y es importante motivarlo a afrontar situaciones de estrés para que lo maneje positivamente”.
Remarca que, en caso de que se presentasen los síntomas físicos y emocionales anteriormente mencionados y no se puedan controlar, es necesario acudir al pediatra para evaluación, y si dirige a los niños con un psicólogo, considerarlo prioritario.