La tos blanda se caracteriza por algún tipo de infección, que acusa la acumulación de flema en la garganta.
La tos por sí sola no es una enfermedad. Es un mecanismo de defensa. Un acto reflejo que intenta expulsar alguna sustancia u organismo que se haya alojado en nuestras vías respiratorias.
Hay varios tipos de toses. Las más comunes son la tos seca, que responde a una irritación de las vías respiratorias. Y la que nos ocupa aquí, la tos productiva o tos blanda, que se acompaña de flemas y mocos.
La tos productiva es un síntoma de algún tipo afección respiratoria. Se llama también tos eficaz porque es útil para ayudar a expulsar los microorganismos que la provocan, en caso de infección.
Las flemas y mocos no son más que una producción líquida de nuestro cuerpo para ponérselo más difícil a los microorganismos, virus o bacterias, que quieran infectarnos. Esta sustancia los envuelve y los arrastra.
Cuando estas secreciones se acumula en la parte baja de la garganta, ya sean mocos que descienden o que se forman directamente allí, forman el esputo. Nuestro cerebro recibe la señal de que hay ese esputo y provoca la tos.
Qué produce la mucosidad
Se hace de manera instintiva. Nuestro cerebro más primitivo da la orden, un tipo de señal similar en muchos animales:
Se contrae la caja torácica (los músculos de las costillas, el diafragma y los abdominales) y de esta manera se aprieta los pulmones. Y la glotis, que está justo encima de la tráquea y se cierra cuando pasan alimentos, ahora se abre bruscamente. Así deja salir golpes de aire que permite arrastrar los esputos.
La tonalidad de esas mucosidades que expulsamos va a depender del contenido, según la infección.
Si es resfriado leve, suele ser más blancuzca y espesa, señal de que ha perdido contenido en agua y hay presencia vírica.
Si es verdosa, lo que observas son los restos de la batalla: las células inmunes (glóbulos blancos) y otros productos de desecho.
Qué tomar
Como esta tos con mocos es un método muy útil para expulsar a los microorganismos, no debe frenarse. Al expulsar la mucosidad, estamos ayudando a curar la enfermedad.
Pero sí hay medicamentos que pueden ayudar a sobrellevar mejor el proceso:
Los mucolíticos: fluidifican la mucosidad, permite que salga de un modo más fácil.
Los expectorantes: potencian los mecanismos de los bronquios para eliminar el moco.
Ambos medicamentos reducen la tos, porque acaba siendo innecesaria para arrancar las flemas, dado que ya han salido de manera más fácil.
Sin embargo, la Agencia Europea del Medicamento advierte que pueden originar reacciones cutáneas. Además, hay estudios que dudan de su eficacia y apuntan a que no funcionan mejor que un placebo.
Remedios caseros
Para conseguir hacer más fluida la mucosidad y facilitar su expulsión hay métodos naturales que pueden ser tanto o más eficaces que los farmacológicos.
El eucalipto aumenta el volumen y la fluidez del moco. Además es antiinflamatorio y ayudará a calmar las molestias por la irritación de la zona de la garganta afectada.
Tanto en aceites esenciales o haciendo vahos puede aliviar la tos. Los baños de vapor son especialmente útiles porque ayudan a mantener húmeda la garganta y que colabore en la salida de la mucosidad.
Hidrátate con abundante líquido, tanto simple agua como en infusiones. Es otra manera de fluidificar el moco y ayudar a expulsarlo. Opta por una infusión de orégano, que es expectorante y tiene virtudes antibacterianas.
Toma caldo de pollo caliente, no excesivamente graso ni excesivamente caliente para no quemar la mucosa de la garganta. Además de hidratar, estimulas la salivación y liberas endorfinas, que reducen las molestias de garganta.
Posturas para aliviar los síntomas
En casa podemos tomar algunas medidas más para ayudarnos que la tos nos irrite más de lo necesario.
Procura que el ambiente de la casa no esté reseco. Ya hemos dicho que es importante no tener la garganta reseca. Si usas calefacción pon botes de agua encima.
Ponte boca abajo: túmbate en la cama, dejando medio cuerpo fuera mirando hacia el suelo. Pon los brazos doblados en el suelo y descansa en ellos la cabeza.
Intenta toser, la gravedad ayudará a expulsar los mocos. Usa dos almohadones mientras duermes.
Descansar es muy importante para que el cuerpo se recupere y las defensas actúen. Si la tos no te deja dormir bien, sube la cabeza ligeramente para respirar mejor.
Qué no se debe hacer
En estos casos se desaconsejan los jarabes para la tos, los antitusivos, que son medicamento pensados para frenar la tos, pero que también reducen las secreciones. Con lo cual estarían eliminando su principal beneficio.
Estos fármacos solo se deben utilizar si esa tos no aporta nada, es irritante para la garganta y nos impide un buen descanso. Además, uno de los más conocidos, la codeína, tiene efectos adversos que hacen que cada vez sea menos recetada, en especial es desaconsejable en menores y embarazadas.
No tomes café ni té. Aunque se recomienda hidratarte y tomar infusiones, la cafeína y la teína ayudan a resecar la garganta. Es mejor otro tipo de bebidas.
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