La palabra yoga tiene 2 significados principales, tal y como explica Danilo Hernández en su libro Claves del yoga. Teoría y Práctica. El primero es unión —tanto con uno mismo como del inviduo con el cosmos—, y el segundo, las técnicas o métodos para llegar a dicha unión.
¿Qué debes saber antes de practicar yoga?
A esta disciplina llegan personas con expectativas muy diversas, y todas ellas pueden obtener múltiples beneficios al hacer yoga con frecuencia. Adaptando la práctica, personas de todas las edades y condiciones físicas pueden hacer yoga, incluyendo a niños, personas mayores o mujeres embarazadas.
Hacer yoga mejorará tu condición física, la flexibilidad de tu columna o tu capacidad pulmonar. También supone un impulso para obtener una mejor concentración, un descanso de calidad o mayor relajación, control de las emociones y plasticidad cerebral.
Al yoga llegan personas con expectativas muy distintas. “El objetivo lo marca el propio practicante y el yoga nunca pide creer en nada, salvo lo que uno experimenta por sí mismo”, señala Danilo Hernández, destacando que puede ser una terapia complementaria para personas enfermas, una forma de profundizar en el conocimiento de uno mismo o la vía hacia la realización personal.
Si estás perdido y no sabes por dónde empezar a hacer yoga clásico, hay algunos consejos clave que puedes tener en consideración.
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11 consejos que debes tener en cuenta antes de empezar a practicar yoga
No practiques yoga con el estómago lleno: cualquier tipo de actividad física debe hacerse preferiblemente con la digestión ya hecha. Lo ideal es hacer yoga en ayunas o con el estómago vacío. De lo contrario, puedes experimentar molestias como pesadez, mareos, náuseas, reflujo gástrico o falta de energía. Si vas a tener una práctica pronto, come ligero.
La guía de un profesional es especialmente importante para los principiantes: tanto para aprender a respirar como para realizar las asanas o posturas sin dañarte, evitar lesiones y sacar el máximo beneficio a la práctica, acude a un centro especializado o recibe clases de un profesor de yoga.
El material básico que debes tener a mano para hacer yoga en casa es la esterilla. Pueden resultarte de gran utilidad bloques de yoga, cinturones, cojines de meditación, mantas o un bolster.
Usa ropa cómoda, ligera y transpirable para tu práctica de yoga, que requiere la máxima comodidad. Con las posturas más exigentes puedes sudar, por lo que no es recomendable un chándal grueso. Lo ideal es ropa de lino, o mallas y camisetas finas.
Durante la relajación tu temperatura corporal desciende, por lo que deberías tener a mano una sudadera más gruesa y calcetines, así como una manta para taparte en los meses más fríos.
Todas las partes del yoga son igual de importantes para alcanzar el equilibrio y alineación entre tu cuerpo, mente y espíritu —también entre lo que dices, lo que haces y lo que piensas—. No cometas la imprudencia de concederle más prioridad a la parte física o se quedará en una mera gimnasia. La conducta, la meditación o la respiración —pranayama— son igual de relevantes en la disciplina.
Presta especial atención a la respiración en tus primeras clases de yoga: Lo más difícil para comenzar con el yoga aprender a respirar adecuadamente y sincronizar la inspiración y la expiración con las posiciones. En sánscrito prana se traduce como energía o respiración, mientras que ayama es regulación, control o dominio. Así, el pranayama es la ciencia o arte que enseña el conjunto de técnicas para controlar la respiración y la energía.
Esfuérzate en soltar la tensión: El estilo de vida y las preocupaciones cotidianas provocan que mantengas tensas algunas zonas del cuerpo como los tobillos, la mandíbula, la lengua, los ojos o ls dedos de las manos. Aprende a relajar los músculos de estas partes del cuerpo con ayuda de tu profesor.
Libérate de la mentalidad competitiva y occidental: Disfruta de la práctica del yoga, céntrate en el momento presente y concíbelo como un espacio para mirar hacia el interior, alejarte de la cotidianidad y acceder a partes más profundas de tu cuerpo y mente. No se trata ni mucho menos de hacer la postura más complicada o alimentar el ego, sino de conseguir el equilibrio óptimo, tanto a nivel físico como psíquico.
La rutina y la constancia son clave. “Hay que insistir en la importancia de realizar un entrenamiento sistemático para consolidar los efectos del yoga y progresar armónicamente en el fondo y forma”, explica Danilo Hernández en su obra. “Hay que comprometerse con la propia sadhana pero sin crearse dependencias ni quedar esclavizado por ella”, puntualiza.
Nunca se deja de aprender: El yoga abarca toda una vida, puedes seguir perfeccionando, avanzando y profundizando durante toda su existencia. Con el paso del tiempo, no será algo independiente y separado de tu día a día, sino que empapará todos los espacios de tu vida cotidiana.
Como consideraciones extra, la puntualidad, la perseverancia, una actitud abierta al aprendizaje y escapar de falsas expectativas te ayudarán a tener una mejor experiencia sumergiéndote en el rico universo del yoga. ¡Namasté!