Ansiedad, un padecimiento que ha detonado en jóvenes – El Sol de San Juan del Río

La ansiedad te lleva a sobrepensar las cosas, es decir, a dar mil y un vueltas a las ideas que se tienen respecto a ciertas circunstancias que ocurren en el día a día. También, provoca que las emociones estén a flor de piel, principalmente el miedo y la preocupación, y junto a ello que los niveles de estrés aumenten al grado de provocar una crisis, cuenta María.

María Cruz Ramiro es una estudiante, tiene 21 años y dice que la ansiedad le fue detectada en la adolescencia, cuando sus padres la llevaron con el psicólogo por las múltiples emociones que presentaba, especialmente aquellas que le provocaban estar alerta y actuar de manera impulsiva. Señala que conocer esto le hizo sentirse ajena con las personas que le rodeaban.

“Nunca es sido la más feliz de saber que tengo ansiedad, pero al final del día siento que mínimo ya sé por qué siento tanto o por qué a veces no me siento bien (…). Al principio sí me sentía rara o extraña, como ajena a las demás que estaban alrededor mío, pero al seguir conociendo más gente reo que es más normal de lo que piensas y eso te hace sentir más segura”, apunta.

Detalla que una de las cosas más complejas que surgen a partir de tener ansiedad son los ataques o crisis, episodios donde la ansiedad invade todo el ser en cuestión de segundos y surgen respuestas fisiológicas ante ella. Explica de las crisis pueden venir en cualquier momento del día y que son detonadas por factores que se acumulan, principalmente aquellos que producen estrés.

“La gente piensa que es algo más mental que físico, o sea que simplemente te dice ‘ya no estés triste’ o ‘trata de ocupar tu mente para no estar triste y que no te dé el ataque’, pero más bien es como toda una respuesta, yo siento mis manos temblorosas, siento que mi pecho se inunda y que en mi garganta se hace un nudo y simplemente no ya no quiero seguir con lo que esté haciendo en ese momento”, subraya.

Menciona que cuando le ocurren ataques de ansiedad, si es en un lugar público, lo que hace es dirigirse al baño, echarse un poco de agua en la cara y en las manos y controlar su respiración. Ahora bien, indica, si el lugar es de confianza, se sienta en el piso, pues palpar el frío de la superficie le hace sentir que “en realidad estoy aquí, que mi cuerpo está ahí y que no pasa nada”.

Una emoción negativa

La ansiedad es un padecimiento psicológico caracterizado por ser una emoción negativa que se vive como una amenaza y que tiene muchas similitudes con el miedo. Tanto la ansiedad como el miedo son experiencias de anticipación a lo peor, la diferencia es que el miedo es una reacción emocional ante un peligro externo que puede ser identificado, afirma la psicóloga Viridiana Martínez Arriaga.

Comenta que la ansiedad es poco controlable y se manifiesta con síntomas físicos como taquicardia, dificultad para respirar, sensación de opresión en el pecho, sequedad en la boca, rigidez muscular, náuseas. Además, dijo, hay manifestaciones cognitivas, entre ellas inquietud mental, miedos, preocupaciones excesivas y pesimismos generalizados sin fundamentos.

Detalla que este padecimiento ha detonado en niños y jóvenes recientemente, debido a que la inmediatez de las cosas se ha normalizado en la sociedad actual, lo cual conlleva a constantes niveles de estrés en diversas esferas. Menciona que estos factores pueden generar frustración, misma que desencadena la ansiedad.

Finalmente, refiere que existen algunos recursos para controlar la ansiedad de manera autónoma como reconocer que se está teniendo una crisis y mantener la calma, mejorar la rutina de sueño, ejercicios de respiración, tener una alimentación saludable, así como hablar de dichas situaciones con personas de confianza y normalizarlas para reconocer por lo que se está pasando.

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