Esto es lo que pasa cuando tomas el café en ayunas

Cada día se beben en nuestro planeta entre 1.600 y 2.000 millones de tazas de café. Dicho de otro modo, buena parte de la población mundial no entiende su rutina matutina o su descanso sin el impulso que brinda la cafeína: de media, se consumen 1,3 kilos de café por persona y año.

Y tú, ¿esperas a que las tostadas estén listas, el aguacate machacado, los huevos preparados o la fruta cortada para desayunar con café, o apuras esta bebida oscura nada más salir de la cama? Ambas son opciones válidas, aunque debes tener varias cosas en cuenta a la hora de beber café con el estómago vacío. 

¿Es malo beber café en ayunas?

El café es una bebida cargada de beneficios avalados por la ciencia, como la protección del hígado, la quema de grasas, la prevención de enfermedades cardiovasculares, el cáncer o la diabetes tipo 2, así como un menor riego frente al alzhéimer y la depresión. En ayunas, el café resulta más estimulante y reduce el cortisol, pero también conlleva algunos riesgos para la salud. 

En el caso de las personas más sensibles, el café puede causar acidez estomacal, y a la larga, acabar desembocando en úlceras. Además del reflujo gastroesofágico, también puede desencadenar náuseas. 

Según explican los expertos nutricionistas de Nutrition Twins a Well and Good, este fenómeno sucede porque el café relaja el esfínter en la parte inferior del esófago, lo que permite que el ácido vuelva a subir. 

Además, si el café te produce ansiedad o nerviosismo, tomar el café con el estómago lleno e ingerirlo a la vez que los alimentos del desayuno puede ralentizar los efectos de la cafeína. Es la genética la responsable de metabolizar esta sustancia más despacio o más rápido. 

En algunas personas, la cafeína en ayunas altera los ritmos del sistema nervioso y puede provocar problemas en el estado anímico, taquicardias, temblores o incluso pánico. 

 

Si lo toleras bien, pero quieres reducir los efectos de tomar café con el estómago vacío, opta por tomar el café con leche, ya que la proteína y la grasa de este ralentizan la absorción de cafeína. Sin embargo, el azúcar puede empeorar el nerviosismo, puesto que se genera un pico de glucosa en sangre que se suma a la estimulación causada por la cafeína.

Por otro lado, si tienes problemas de tránsito intestinal, el café antes de desayunar te ayuda a ir al baño: ya que estimula el movimiento peristáltico. Si la cafeína suele causarte diarrea, gases o descomposición, es mejor tomar el café con comida para ralentizar sus efectos. 

En general, recuerda que la cafeína es buena para tu intestino: estudios científicos han demostrado que el consumo de café a largo plazo —lo que implica beber 2 o más tazas de café al día — aumenta las bacterias buenas y antiinflamatorias de tu microbiota. El café también tiene efecto antioxidante, anticancerígeno y antiinflamatorio en el revestimiento del tracto digestivo.

Como casi todo en la vida, probarlo en carne propia y escuchar a tu cuerpo te dará la solución: si el café en ayunas te sienta bien, síguelo tomando. Si notas efectos adversos, lo aconsejable es que lo acompañes de comida. 

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