Limpiar las juntas de los azulejos del baño o la cocina es una de las tareas de mantenimiento que debemos llevar a cabo con cierta frecuencia.
Y es que esas diminutas ranuras son propensas a llenarse de moho, cal, grasa y otras sustancias que hacen que el aspecto se vuelva un poco descuidado.
La buena noticia es que existen trucos de limpieza caseros y con productos naturales que nos pueden ayudar a dejarlas impecables. Acá te contamos cuáles algunos de los más efectivos.
Cómo blanquear las juntas de los azulejos
Bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio se convirtió en uno de los mejores aliados para limpiar todo tipo de superficies y es una de las opciones más efectivas para blanquear las juntas de los azulejos.
- Mezcá una taza de bicarbonato de sodio con agua caliente y revolvé hasta conseguir una disolución homogénea.
- Tené a mano un cepillo de cerdas finas o una esponja.
- Aplicá la mezcla sobre los azulejos y remové bien la suciedad de las juntas con la ayuda del cepillo o la esponja.
- Pasá un trapo seco y limpio. ¡Y listo!
Vinagre blanco
Otro de los remedios caseros más efectivos para limpiar es el vinagre. Y es que además de ser blanqueador, actúa como un perfecto desengrasante, siendo ideal para limpiar las juntas de los azulejos de la cocina.
- Mezclá una taza de vinagre con agua tibia y revolvé hasta conseguir una disolución homogénea.
- Tené a mano un cepillo de cerdas finas o una esponja.
- Aplicá la mezcla sobre los azulejos y extrae la suciedad de las juntas con la ayuda del cepillo o la esponja.
- Podés dejar que se seque al natural o pasar un trapo seco.
Zumo de limón
El limón es otro producto que se puede utilizar perfectamente para blanquear las juntas de los azulejos gracias a su alto contenido en ácido cítrico, que actúa como blanqueador y abrillantador.
- En una botella con rociador mezcá un poquito de vinagre con unos 10 ml de zumo de limón y agua caliente.
- Rociá la superficie con y con la ayuda de un cepillo o una esponja fregá hasta eliminar todas las manchas.
- Retirá la mezcla con un trapo húmedo y luego secá la superficie con un paño seco.
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