DECÍAMOS ayer, es la vaina de crear altas expectativas. Más bien la estrategia política recomienda minimizar lo que se desea, para que cuando ocurra poder decir que salieron las cosas mejor de lo esperado. Emocionarse demasiado proyectando cosas que en un decir Jesús pueden cambiar no es aconsejable. El ex POTUS, que aún ejerce influencia en su partido, más que cualquier otro, tanteó su lanzamiento presidencial, calculando encaramarse en la “ola roja”. Sin embargo, la anunciada marea roja no ocurrió. Ahora los medios conservadores apologistas del líder republicano –varios de los candidatos apadrinados fueron derrotados, mientras otros que daban por seguros apenas ganaron– se han dado vuelta. Incluso culpándolo del pobre desempeño del partido, ahora colocan sus apuestas en la estrella ascendente del gobernador de la Florida que holgadamente ganó su reelección. Y como era de esperarse, las noticias del día después destacan que Trump la emprende contra DeSantis –ya le puso un apodo despectivo: “Desanctimonious” (mojigato)– acusándolo de ser desleal, después de que el político sureño fuera sumando apoyos entre los medios conservadores como posible candidato electoral para las presidenciales de 2024.
El tabloide favorito de Trump, el New York Post, de su aliado, el magante del imperio mediático Rupert Murdoch, toma distancia. La portada es mordaz. Parodiando la rima infantil de “Humpty Dumpty”, (“persona torpe y pequeña”) –el huevo que se rompe al caerse del muro– muestra una caricatura de Trump sobre un paredón de ladrillos, con grandes titulares, “Trumpty Dumpty”, y la sátira: “Don (que no pudo construir el muro) sufrió una gran caída, ¿podrán los hombres del GOP, recomponer el partido?”. La sección de opinión del Wall Street Journal publicó un editorial titulado: “Trump es el Perdedor Más Grande del Partido Republicano”. Y aunque los más conspicuos presentadores de FOX no lo agarraron de encargo, en su cuenta social atacó a la cadena por los comentarios críticos que escuchó. Pasemos ahora al espacio interactivo con mensajes alusivos a editoriales anteriores: “Presidente –escribe un amigo– conocí a su padre en La Lima; mi padre me llevó de la mano cuando firmó el Código de Trabajo con Villeda Morales”. La opinión de un ilustrado amigo: “Solo su elocuencia, expresada en esa exquisita prosa, pudo perfilar con precisión la personalidad del gran hombre y querido amigo Ramón Custodio”. “Muchas gracias presidente por regalarnos ese magnífico editorial-homenaje”. Un dirigente empresarial escribe: “Difícilmente alguien pueda superar sus palabras descriptivas de un hombre en toda la extensión de la palabra”. “Como ciudadano le agradezco que hable por nosotros, los que carecemos de esa virtud extraordinaria que usted tiene, para destacar de manera rescatable principios, valores y en casos como el doctor Custodio, de llevar a la cúspide del honor a los grandes servidores de la patria”.
Una compañera suya: “Hermoso homenaje a un gran hombre que supo dar todo por la causa”. “Dichosas las personas que tuvimos la oportunidad de trabajar y aprender mucho de él”. Un destacado empresario: “Bello editorial. A mí, siendo mayor, me pudo reclutar el doctor y, de paso, en una de esas reuniones conspirativas, me observó con ojo de buen clínico y me dijo: Mañana voy a ir temprano a tu casa, mantente en ayunas, quiero hacerte una prueba”. “Así fue como supe que tenía diabetes; suerte para mí, era un aviso temprano, antes de sufrir daño en mis retinas, en mis piernas, en mi corazón”. Otro afiliado del colectivo: “Tuve la bendición de desarrollar una amistad con él y conocer sus principios, convicciones y amor al país”. “Valiente y ejemplar ciudadano, defensor de la soberanía, los derechos y la dignidad nacional”. “Ciertamente un legado que trasciende las generaciones”. “Lindo relato su editorial, constituye un homenaje póstumo a un gran patriota que, sin duda alguna, goza de la paz del Señor”. Una recordada lectora: “No se puede decir mejor”. “Dios reciba en su seno al valiente doctor que me acompañó junto con el abogado José María Palacios a elaborar y presentar la denuncia de desaparecido de mi esposo sin temor alguno, mientras me transmitía fortaleza y confianza de encontrarlo”. “Me guio y ayudó en momentos difíciles cuando lo visitaba junto con mis hijos”. (Lo esencial es dejar huella perdurable. Porque después de todo, bien dice el Sisimite que escuchó decir a Anatole France: “Morir es tan sencillo y tan aceptable como nacer”. Aunque Winston piensa más como el filósofo chino que: “Vivir es llegar, y morir es volver”).